Después de un año más de vida, aquí está lo que agradezco:
A veces siento que los días pasaron súper lento y en otras ocasiones, en un abrir y cerrar de ojos pasaron semanas. Viví acelerada y a veces un poco distante de los pequeños momentos, los dejé de pensar como si fueran insignificantes, minúsculos.
Hoy quiero agradecer esos momentos "minúsculos" porque el cúmulo de estos fueron construyendo este gran puente; el que me hizo cruzar de lo desconocido a empezar a (re)conocerme.
Me (re)conocí en: la luz que entró por mi ventana, los atardeceres, el amanecer en la playa, la luz reflejada en los espacios que tránsito.
Por fin hice las pases con la comida, pude saborearla, amarla. La salada y la dulce, que fue como un apapacho. Agradezco haberla disfrutado con personas que quiero y me hicieron sonreír. Fueron pequeños momentos de compartir, de dar, de querer, de gozar.
Me dejé fluir en las palabras y pude escribir textos que me han ido sanando, todo aquello que había callado (como si fuera prohibido) salió a través de mi pluma, la tinta se corrió un poco con las lágrimas que llegaron a caer. Dejé que personas conocidas y no, vieran un poco de mi interior, me permití ser vulnerable.
Me reconfortó leer mensajes de personas que conectaron con mis letras, hizo que me diera cuenta de que no estamos solos en este caos.
A veces cuando sentía que no me encontraba en este mundo, acudí al cine, vi películas, me dejé perder en esos otros mundos. Me dejé envolver por los miedos, pasiones, obsesiones, tristezas, amores no correspondidos o alegrías de otras directoras(es). Encontré respuestas en el interior de otras personas, en sus sombras, en sus letras, conectamos años después incluso si ellxs ya no están aquí. Su interior (película) es eterno, el cine lo inmortalizó.
Así es el cine, trasciende todo y por eso lo amo.
Agradezco que me permití reconocer que habrá días oscuros y eso no significa que todo está destinado a ser así. Reconocí mi cuerpo, hice las pases, después de muchos meses adoro lo que veo: sensual, ágil, funcional, curvas, marcas, vida. Ya no es rechazo, ahora es: ADMIRACIÓN.
Los besos dados, las risas que se entremezclaron, las caricias que provocaron electricidad, rozar otra piel y conectar por unos instantes en la oscuridad, tener confianza, fusionarse.
Habitar mi espacio, proveerme de todo lo que necesito para sentirme en paz.
Este año se fue mi abuelo, ahora lo veo en las flores, en el sol, lo escucho en el viento. Todo lo bueno que está llegando a mí sé que su energía está ahí, él tuvo que ver.
Seré feliz por mí y por las personas que me ayudaron a florecer, a volver a la superficie cada vez que sentía que el mar me jalaba a sus adentros.
Todavía no es momento de partir, quiero seguir sorprendiéndome de lo que trae la vida, seguir conectando con la naturaleza y mi interior. Incluso en los días que todo parece perdido, quiero seguir encontrando respuestas en las sombras.
- Bere R.